Cómo Realizar Reparaciones comunes en tu casa como un Profesional

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Realiza reparaciones como un profesional

¿Eres un profesional del ciclismo? ¿no lo eres? Gracias a esta guía aprenderás cómo realizar arreglos básicos de tu bicicleta para no tener que acudir al taller con tanta frecuencia y puedas hacerlo de forma fácil y sencilla en tu propia casa, ahorrando tiempo y dinero.

Limpiar la cadena

Para limpiar la cadena de tu bicicleta únicamente necesitarás materiales que puedes encontrar por casa como cepillos, esponjas, trapos, agua, desengrasante y opcionalmente jabón. En caso de que dispongas de limpiacadenas este proceso será mucho más sencillo, pero no es esencial.

Lo primero que haremos será una limpieza general con agua, bien con una manguera o bien con una esponja, para limpiar los restos más superficiales.

Si contamos con un tronchacadenas podemos utilizarlo para desmontar la cadena y limpiarla de forma más cómoda.

Después utilizaremos un cepillo o esponja aplicando desengrasante para frotar por todos los eslabones, especialmente por arriba y por abajo. Opcionalmente se puede utilizar jabón antes o después del desengrasante. Podemos ayudarnos dando pedales para que la cadena avance. Una vez hecho esto aclaramos con agua y secamos la cadena con un trapo seco. 

Nuestra recomendación es que después de limpiar la cadena apliques un lubricante para optimizar al máximo la durabilidad y rendimiento de la transmisión.

Alinear las ruedas

En ocasiones, las ruedas de nuestra bicicleta se descentran de su eje, siendo más frecuente en la rueda trasera. Sin embargo, esto es algo que puedes arreglar de forma fácil en casa sin necesidad de acudir al taller.

La consecuencia de esta alineación es que la rueda se incline más hacia un lado pudiendo rozar con las pastillas de freno o zapatas, en su caso. Además de  provocar un rozamiento de la rueda y, por tanto, disminuir nuestro rendimiento, aumenta el desgaste de los frenos por el rozamiento continuo.

Podemos comprobar si nuestra rueda está desalineada girando la rueda en el aire.  En condiciones normales la rueda tendrá un giro monótono sin desplazamientos laterales. En caso de que esté alterada se notará una inestabilidad y desviación hacia un lado. Si se observa que no describe una circunferencia perfecta, sino que en una zona concreta se altera el giro, significará que la rueda está descentrada.

La mayoría de las ruedas cuentan con un bloqueo de cierre fácil o quick release para ajustarlas en el eje. Para hacerlo correctamente debemos apretar alternativamente desde ambos extremos para conseguir que la rueda quede lo más centrada posible. Una vez que hemos hecho esto cerraremos la palanca con tensión. En caso de no poder hacerlo aflojaremos la tuerca del otro extremo y si no tiene suficiente tensión haremos lo contrario.

Podemos comprobar si existe desviación girando de nuevo la rueda y valorando si existe rozamiento del disco contra las pastillas o de las zapatas con la llanta. También hay que tener en cuenta que es posible que la rueda roce por una alteración de los frenos, no por desalineación.

Inflar correctamente los neumáticos

La presión que necesitan las ruedas de la bicicleta es un tema muy relativo debido a la gran cantidad de factores que influyen, pero gracias a este resumen podrás saber cuál es la presión adecuada para ti.

Una adecuada presión en los neumáticos nos permitirá optimizar nuestro rendimiento, así como aumentar la durabilidad de los materiales y conseguir un equilibrio óptimo entre agarre y aerodinámica.

Para valorar si necesitas inflar la rueda, es aconsejable disponer de un manómetro que nos indique la presión. Sin embargo, actualmente la mayoría de bombas cuentan con este instrumento incluido por lo que únicamente tendremos que quitar el tapón de la válvula, conectar la bomba, y automáticamente nos mostrará la presión de la rueda.

Uno de los aspectos que tenemos que tener en cuenta antes de hinchar nuestra rueda es si se trata de una bicicleta de carretera o montaña, aunque influyen otros muchos factores como el tamaño de las cubiertas, los materiales, el peso del ciclista, el terreno y el clima, entre otras.

Por lo general a la hora de hinchar las ruedas nos fijaremos en las medidas que aparecen en el lateral de las cubiertas, pudiendo modificar esta presión pero nunca superando los límites marcados.                   

De forma resumida, estos son algunos de los consejos más relevantes a la hora de determinar la presión:

  • Cuanto mayor sea la anchura de la rueda, menor será la presión que debemos incluir y viceversa
  • Para bicicleta de montaña mejor reducir ligeramente la presión para aumentar el agarre. En carretera no necesitamos este agarre extra.
  • Cuanto mayor sea el peso del ciclista mayor presión.
  • En terrenos mojados reducir la presión para evitar posibles caídas.
  • Cuanto mayor sea el TPI de la cubierta (Número de hilos), mayor será la presión necesaria.

Ajustar el desviador

El desviador de la bicicleta es el componente metálico que se encuentra entre el cuadro y los platos de cambio, y que permite cambiar de un plato a otro para aumentar o disminuir la resistencia.

Es frecuente que con el paso del tiempo o debido a algún golpe el desviador se desalinee y roce con el plato o no permita llegar a alguno. Sin embargo, es un proceso sencillo que podemos regular en nuestra propia casa.

En primer lugar deberemos colocar la cadena en el plato más pequeño. Con una llave allen regularemos la altura del desviador, que debe estar en torno a 1-1,5 mm por encima del plato grande. También hay que comprobar que esté alineado.

Después, con un destornillador regularemos el tornillo L. Cuando lo aflojamos movemos el desviador hacia el cuadro y cuando lo apretamos hacia los platos. La cadena debe quedar cerca de la parte interna.

A continuación tensaremos el cable de transmisión que procede del manillar para poder regular el desviador desde ahí.

Por último, ponemos el plato grande y, en caso de que no se pueda o roce, manipularemos el tornillo H. Cuando lo aflojamos el desviador se mueve hacia la derecha y viceversa. Es importante no aflojarlo demasiado para que la cadena no se salga.

Ajustar el sillín

El ajuste del sillín muchas veces no se tiene en cuenta pero resulta de gran relevancia a la hora de optimizar nuestra eficacia de pedaleo, así como para evitar lesiones. Debido al gran número de pedaladas que damos en cada salida, llevar el sillín en una posición inadecuada puede conllevar lesiones por sobreuso que podemos evitar fácilmente.

Desde el punto de vista teórico se estima que el sillín debe encontrarse al 88% de la distancia desde nuestra cadera hasta el suelo. Una vez medida esta distancia, la transportamos a la bicicleta midiendo desde el eje pedalier, siguiendo la dirección del cuadro hacia el sillín.

Otra forma de calcular la medida es montarnos en la bici con las zapatillas habituales y colocar el pedal en la parte más inferior posible. En esta posición, nuestra rodilla debe quedar casi extendida por completo, pero sin llegar a bloquearse.

Una correcta posición permitirá que prácticamente todos los músculos del miembro inferior contribuyan en el movimiento, generando más potencia y evitando sobrecargas en ciertos grupos musculares.

Estaremos encantados de escuchar lo que piensas

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